El regreso de un nómada (pero no reproductor)

Este domingo (08/06/14), y acompañado por Sandra, he vuelto -después de bastantes meses- a la EEC saguntina.  Las espectativas no eran del todo buenas tras los resultados de Lydia la semana anterior (3 capturas) y máxime sabiendo que esa cantidad entra en lo normal según los resultados históricos para la zona en estas fechas. El objetivo era evidente, no quedar en blanco.

El montaje de las redes fue rápido y agradable, escuchando a los chotacabras pardos y un par de mochuelos, de modo que a las 6:05 ya estaba metido en el coche esperando que llegase la hora de recoger trastos. En ese momento me dí cuenta de que me había dejado en casa lo más importante para anillar en Sagunto… ¿las anillas? No –risa floja-. Un libro. Quedaban varias alternativas, y hubo tiempo de hacer unas cuantas de ellas:

• Transectos: De donde quedé claro que si no cogía un vecenjo, apenas  había una quincena de ejemplares activos en la zona.
• Fotografía: La luz era mala –estaba muy nublado- y no favorecía hacer foto a los vencejos en vuelo, aunque lo intenté. Tras esto me dediqué a buscar artrópodos, también poco abundantes (asumo que en gran medida esto es la causa de la poca abundancia pajaril).
• Móvil: Sí, leí varios periódicos y acabé empapuzandome de noticias sobre F1… tenía que prepararme para ver la que a la postre fue una de las carreras más emocionantes de los últimos tiempos.
• Dormir: YO no lo hice (valga el matiz).

Ya en el aspecto puramente “anilladoril”, las primeras revisiones a las redes hacían presagiar un desastre enorme, que por fortuna quedó únicamente en desastre muy grande cuando una gorriona decidió ser capturada a eso de la media jornada.

La captura trajo mucha alegría, fiesta, e incluso una celebración por todo lo alto, en plan CR7 (la comparación es posible porque los dos celebrabamos efusivamente algo bastante intrascendente).

Al final la cosa no pasó de ahí, con lo que seguimos en cifras saguntinas estivales pero cumpliendo –por los pelos- el objetivo marcado. Ante esto, uno se pregunta:

¿A qué hemos venido hoy aquí?

PASER

¿PASER?

PASER el tonto, básicamente.

La semana que viene, más. ¿Mejor? Eso espero por el bien de Mateo…

Pepe